La diferencia entre el Black Friday (25 de noviembre) y el Cyber Monday (28 de noviembre) consiste en que el primero comenzó para dar un empujón a los comerciantes con establecimientos físicos, y el segundo ofrecía rebajas exclusivamente en tiendas online.
Según los expertos, en estos días, en los sectores con mayor demanda, se alcanza casi el 30% de las ventas de todo el año, lo que habla claramente de la enorme importancia que estas fechas adquieren para el comercio, físico y online.
Las franquicias que aprovecharán en mayor medida este incremento de ventas serán las de moda y accesorios, informática, calzado, complementos del hogar, óptica, perfumería y productos especializados.
La franquicia, como reflejo que es de la distribución minorista en general, prepara con detalle las ofertas y promociones de ambas fechas, utilizando para ello una de sus principales ventajas respecto al comercio independiente: los fondos de marketing que las redes de franquicia suelen tener previstos para la realización de campañas o promociones en beneficio de toda la red, que se financian mediante el llamado canon de marketing, contribución obligatoria de cada franquiciado, generalmente como porcentaje de su facturación mensual.
Según datos de 2021, los españoles gastamos una media de 220 euros entre las dos fechas, lo que supuso un 12% más que en 2020. Las previsiones para 2022, sin embargo, vaticinan un ligero descenso en la presente campaña.