La franquicia es un sistema de grandes ventajas para expandir negocios cuyo  éxito ya haya sido probado..

Para el franquiciador, este sistema aporta rapidez en la expansión y un menor nivel de inversión, sin perder por ello el control de la operativa y la evolución de la red de franquicias.

Para el franquiciado, la franquicia debe aportar, sobre todo, la disminución del riesgo de fracaso que todo negocio conlleva.

Desarrollar un proyecto de franquicia rentable

 

Entre las ventajas más importantes que este modelo aporta al empresario, se encuentra el aprovechamiento de las economías de escala. La centralización de la demanda de productos permite al franquiciador negociar en condiciones más favorables.

Por otra parte, en comparación con una expansión a través de recursos propios, la franquicia precisa una menor estructura e inversión. El franquiciado, como dueño de su negocio, aporta el capital inicial necesario, se encarga de la búsqueda del local y de la gestión posterior a la puesta en marcha del mismo. Esto además simplifica el proceso de crecimiento y favorece el ritmo de aperturas.

Por último, cabe destacar que los franquiciados no son empleados de la red, sino empresarios, por lo que se les presupone unos índices de calidad y productividad superiores, en términos generales.

Emprender un negocio de forma segura

Entre las muchas ventajas que la franquicia tiene para un emprendedor o inversor, destaca por encima de todas, la disminución del riesgo de fracaso. Sin embargo, no disminuirá la dedicación y el esfuerzo necesario en su gestión.

Al igual que el franquiciador, el franquiciado también se beneficiará de las economías de escala, repercutiendo en una mejora substancial de los precios de los suministros y, en general, en el coste de cualquier acción llevada a cabo como parte de la red franquiciadora, por ejemplo, accediendo a campañas de comunicación y marketing de gran calado.

Franquicias como autoempleo

Por otra parte, cuando el franquiciado se integra en una franquicia de prestigio y largo recorrido en el mercado, el fondo de comercio generado por dicha marca repercutirá directa y positivamente en el negocio franquiciado.

Por último, el franquiciado que en ningún caso deja de ser empresario y gestor de su negocio, podrá concentrarse en la mejora de las ventas, ya que su franquiciador será el que se encargue de todos los demás aspectos: gestión de suministros y relación con los proveedores, sistema informático de gestión, etc.

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