En toda franquicia es preciso que el sistema sea transmisible al franquiciado de forma sencilla, permitiendo la transferencia de conocimientos al franquiciado en un plazo relativamente breve, haciéndole partícipe de los secretos del sistema.
El proceso de formación de franquiciados suele tener dos partes:
- Teórico-práctico impartido en las dependencias del franquiciador y en establecimientos operativos (normalmente unidades piloto). Formación adecuada para ejercer posteriormente una actividad en consonancia con los niveles exigibles a todas las unidades que integren la red.
- Un segundo periodo de apoyo durante la fase de apertura y lanzamiento del centro franquiciado en la propia unidad franquiciada y a través de personal experimentado del franquiciador.
La formación inicial suele estar cubierta por el pago del canon de entrada a la cadena lo que implica que el franquiciado no suele pagar la formación en sí, pero a veces sí los costes indirectos que dicha formación le ocasiona.
Los costes que para el franquiciado puede implicar el proceso de formación son los siguientes:
- Gastos por el desplazamiento a las unidades piloto, tanto del propio franquiciado como del personal a su cargo, cuando fuera preciso.
- Salarios y dietas del personal desplazado.
Los mismos gastos suele soportar el franquiciador cuando destina personal propio para dar el apoyo en la apertura del establecimiento franquiciado.