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La franquicia de Cristiano Ronaldo y la importancia de una marca

Nuestro departamento de comunicación reflexiona sobre franquicias que van más allá del ámbito deportivo.

Hace unos días que Cristiano Ronaldo se convertía en el centro de todos los focos gracias a la multimillonaria renovación de su contrato con el Real Madrid. El club blanco, con Florentino como maestro de orquesta, ha querido añadir el “franchise tag” al astro portugués para retenerlo, a él y a las ganancias que pueda generar su imagen, hasta 2018.

Esta es una política bastante frecuente ya en el mundo deportivo, donde, habitualmente, ya se contempla en el contrato de los jugadores que un porcentaje de lo ingresado por sus acciones publicitarias durante el periodo contractual, repercutan directamente en el club en el que juega. Podríamos afirmar así que el jugador es una franquicia que participa dentro de otra franquicia.

Fuente: Hola.com

Independientemente de la innegable calidad de Cristiano Ronaldo, de su alta productividad de goles por partido y de los títulos que pueda ayudar a conseguir para la escudería blanca, el interés del club en el jugador va mucho más allá del terreno de juego ya que enlaza con los intereses de la entidad blanca a participar en la explotación de su imagen serigrafiando, por ejemplo, su nombre en las camisetas.

Continuando con este ejemplo, la franquicia Cristiano Ronaldo englobaría la técnica del jugador; esto es, su saber hacer dentro del campo, junto con el personal-branding, la imagen de su propia marca. En definitiva,  Cristiano Ronaldo funciona como una marca comercial en sí misma y, por ende, como franquicia de la franquicia del Real Madrid.

Y es que la franquicia es una realidad que va mucho más allá del sistema económico en stricto sensu. Según el diccionario de la Real Academia Española, aparece definido, en su acepción segunda, como una «concesión de derechos de explotación de un producto, actividad o nombre comercial, otorgada por una empresa a una o varias personas en una zona determinada.»

Ya dentro del sistema de negocio, sólo pueden o podrían funcionar como franquicia aquellos conceptos poseedores de un know how secreto, sustancial e identificable, junto con, por supuesto, una buena imagen de marca. La central franquiciadora debe cuidar con igual mimo su marca como su saber hacer en el campo para que el franquiciado perciba las ventajas reales de formar parte de la red: ventajas con los proveedores, sistemas gestión, operativas estandarizadas.

Los contratos de franquicia suelen tener una duración de 5 años si bien es cierto que, atendiendo a la Teoría del Factor E, entre el primer y el segundo año el franquiciado se empieza a hacer preguntas. De ahí que sea tan importante para que esta relación de pareja no se rompa, que el franquiciador no descuide ni su imagen de marca ni las ventajas prácticas que reduzcan el riesgo de fracaso. No sólo de las campañas de marketing y de la comunicación corporativa viven los franquiciados. Tampoco el Real Madrid gana los títulos vendiendo camisetas.

¿Qué te parece esta reflexión sobre la franquicia en el fútbol? ¿Qué otros ejemplos de franquicia- deportista consideras tan llamativos como el de Ronaldo? 

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